Castro del R�o, 4 de noviembre de 2011
En t�rminos
educativos, hablamos de alumnado, colectivamente. En esta ocasi�n prefiero individualizar utilizando la palabra
personas. Trabajamos
Trabajando en la
elaboraci�n de una receta ha decidido
por voluntad propia poner en pr�ctica lo que describ�a teoricamente la
mencionada receta. Se ha puesto mano a la obra y ha preparado para su abuela
�dependiente y enferma- un delicioso pastel.
L�gicamente ha puesto unos cuantos cacharros
por medio, todas las mujeres sabemos que en la preparaci�n de una comida se
invierte tiempo, se ensucian utensilios de cocina �que luego hay que fregar- y
finalmente se reduce todo ese trabajo en unos cuantos minutos.Y punto.
Pues este ni�o, no
solo ha preparado el pastel, ha fregado toda la vajilla, lo ha dejado todo
recogido , ha presentado con delicadeza su pastel, lo ha metido en el
frigor�fico y cuando su madre ha llegado a casa, reventada de tanto trabajo se
ha encontrado con este hermoso regalo.
Mientras comentaba los
detalles en clase, otro ni�o ha replicado extra�ado:
� �Y t� lo has recogido todo?�.
Sorprendido por la
actuaci�n de su compa�ero ha dejado entrever��C�mo es posible que un ni�o haga
eso?, �Eso son cosas de ni�as o de mujeres�.
La maestra ha
pensado �Por fin ha calado la teor�a, un
ni�o que con su ejemplo ha realizado lo que llevamos machacando tiempo:
igualdad de g�neros�. Cuando se pone ternura
e ilusi�n en lo que se hace ya no sirven los g�nros, se identifican y se
hacen uno o una.
En el cap�tulo V de
�El Principito� de Antoine de Saint- Exup�ry , el narrador se refiere a: � En
efecto, en el planeta del principito, como en todos los planetas, hab�a hierbas
buenas y hierbas malas. Como resultado de buenas semillas buenas hierbas y de malas semillas malas hierbas�.
Deduzcan ustedes si la
semilla germinada en la actuaci�n de J.M. es buena o mala.